sábado, 20 de octubre de 2012

¡Nos faltan hechos, nos sobran palabras!

¿La gente por qué se empeña en decir y decir, si al fin y al cabo lo que importan son los hechos? Un ejemplo sencillo y accesible a todas las mentes: muerto de hambre vas a un restaurante y el camarero te dice todas las cosas maravillosas que tiene en su carta, la ensalada del día, el plato principal, y de postre.. Tiramisú. Con más hambre todavía, pasan las horas pero a tu mesa no llega ni la ensalada, ni el plato principal ni el tiramisú. ¿Acaso has saciado el hambre que tenías? No. Es más, ahora te quedas con más hambre.




Me sobran palabras.