jueves, 21 de junio de 2012

297


297 días sin publicar en mi blog.

297 días atrás era una persona distinta. Con intereses, proyectos, actitudes, ideas, todas diferentes, pero sobretodo, pensamientos diferentes. Releyendo antiguas entradas, libretas, papeles en sucio o incluso servilletas, me doy cuenta de que 297, es mucho más que una cifra, y pocos días para tanto cambio. Se puede decir que una parte de mi, se ha mudado, no se a dónde, y quien sabe hasta cuándo. 297 días atrás, tan preocupada por encontrar la luna.. Por si iba a estar llena, cuarto menguante, o si ese día no iluminaria el cielo con su presencia.. Hasta que un día, me di cuenta de que sólo me preocupaba por la luna, y que no era consciente de cuántas cosas pasaban desapercibidas delante de mis ojos. Detalles como la cantidad de estrellas que hay en el cielo, o incluso la tonalidad que tuviese ese día el oscuro cielo, y ese fue el segundo, en el que todo empezó a cambiar, a transformarse, como una metamorfosis que no esperas, como cuándo empiezas a mirar a tu alrededor y todo empezase a distorsionarse, sí, algo así..Por fin lo tenía claro. Me di cuenta, de que nunca podría encontrar la luna teniéndole miedo a la oscuridad y que la única forma de combatir ese miedo, era mediante la luz. Tanto tiempo teniendo el interruptor a mano, y sin saber que era la llave para abrir la puerta que me llevaría a la luna. Teniendo el interruptor al lado, sólo tenía que encontrarlo, pero entre la oscuridad, no iba a ser fácil, anduve a tientas, me tropecé, me choqué, y también me caí, lloré y finalmente me rendí. La ira, la decepción, la tristeza, el deseo, tantos sentimientos estaban expuestos en ese momento, que cerré los ojos, más fuerte que nunca, y desee que todos los miedos se fueran, cómo cuando eramos pequeños y deseábamos que el monstruo que estaba en la esquina desapareciera, igual, y finalmente, ocurrió, de repente, como si de una supernova se tratase, todos esos sentimientos chocaron, creando la mayor explosión que mis ojos hubiesen presenciado jamás, y sucedió, por un momento, la habitación se quedo en blanco, un blanco cegador, y en ese instante, ese concreto, decidí que ya no le tendría miedo a la oscuridad nunca más. Me sentía fuerte, decidida, quizás más que nunca, y apareció, en poco menos de 297 días, él. Consiguió enseñarme, que para que llegar a rozar la luna, pudiendo rozar el cielo, y que para que soñar con la luna, si puedo contemplarla cada noche a su lado..Gracias por convertir la oscuridad en luz, y por transformar mis monstruos en mariposas.




Y que maravilloso es mirar al cielo, y no ver oscuridad, si no estrellas, colores, miles de luces de colores..

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